Ensayo

Primera parte.

Es la utilización de la fuerza o violencia física y psicológica para socavar la resistencia de una persona que es considerada un enemigo-a. Esa pena sufrida infringe los derechos básicos de su vida y provoca secuelas de difícil reparación. Estas secuelas diezman no solo a la persona que la sufre, si no que también a su entorno familiar y social. Este tormento aplicado en las guerras y dictaduras ha estado presente a lo largo de nuestra historia, afectando a grandes poblaciones y en especial a los más desvalidos de la sociedad.

La tortura quiebra todo el sistema de valores e ideales, el curso de la vida, la imagen de si mismo y la ética del convivir humano, tal como lo señala la definición acordada por las Naciones Unidas en 1975:  ”Con el fin de obtener de ella o de un tercero una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido o se sospeche que haya cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación”1

Si bien lo anterior muestra los argumentos en los que se basa este tipo de métodos que emplea el torturador, devela a su vez la magnitud del terror que desea provocar a nivel de toda una sociedad, cuando es determinada por un Estado que se supone debe defender a sus ciudadanos.

La tortura al  ser planificada y aplicada por funcionarios públicos y financiada por el poder estatal se convierte en un crimen de lesa humanidad. Esto se determinó a posteriori de  la segunda guerra mundial  y fue definido por parte de los Estados que adscriben a los derechos humanos y su violación.

Lo anterior además se apoyó en doctrinas tales como la de Seguridad Nacional y la Estrategia de Contrainsurgencia instalándose en América latina cuyo Estado de violencia a su vez permeó todas las instituciones y destruyó las bases democráticas existentes. Un ejemplo de aquello es la Dictadura instalada posterior a la destrucción del gobierno de la Unidad Popular encabezado por su presidente Salvador Allende en Chile.

La violencia y la tortura se ejercieron desde días previos al golpe del 73 en contra de  los miembros de las fuerzas armadas que eran constitucionalistas e inventaron el Plan Z para argumentar sus violaciones. Luego del golpe miles de personas eran vejadas y llevadas a lugares masivos de detención como estadios, escuelas militares, comisarias y barcos. Todo aquel que pensara distinto era enemigo o terrorista, justificando de este modo las ejecuciones sumarias, relegaciones  y  desapariciones, después se instaló centros de detención clandestina donde se instaura la represión más selectiva, acudiendo al secuestro y la tortura frente a una población aterrorizada por los hechos de violencia, los bandos, la supresión del congreso, el parlamento, sumado a la casi inutilidad del poder judicial cuyos jueces en su mayoría no respondía a los cientos de solicitudes de amparo, búsqueda y defensa de sus familiares.

En un Estado de Guerra con los helicópteros pululando, los camiones trasladando cadáveres o presos y en Estado de Excepción la población se encontró de la noche a la mañana en completa indefensión, fue lo sucedido durante el golpe de estado y con posterioridad al estallido social.

Nuestro país el 73′ fue un gran experimento de la tortura en el Centro de San Antonio, las personas y sus cuerpos no valían nada. Recuerdo haber llorado con sollozos leyendo en la micro El Despertar de los Cuervos de Javier Rebolledo en Tejas verdes, la realidad superaba las vejaciones de otros sitios, ya que en este lugar experimentaban la soportabilidad de las torturas previo a aplicarlas con mayor precisión en los centros clandestinos de detención que se crearon  a lo largo del país en una segunda etapa, desde allí salieron sus directores, tales como Manuel Contreras que luego estuvo a cargo del Cuartel Terranova en Villa Grimaldi. Ese es el periodo de la DINA que comprende desde el 14 de junio1973 hasta el 13 de agosto de 1977.

Cada centro de secuestro e interrogación clandestino era adaptado para la tortura con camas metálicas conectadas a la electricidad para torturar hasta que se arqueara el cuerpo con electrodos en los genitales pezones, ano etc. Las vejaciones sexuales eran una forma que inclusive se dejó al libre albedrío de los torturadores. Nadie sabía dónde estaban las personas detenidas, a ellas se les negaba el aseo, la comida por periodos, el sentarse o descansar, se las vejaba verbalmente tratándolas de putas, perras y otras denostaciones, también se negaban las curaciones si estaba herido y ya habían determinado que lo iban a desaparecer, política de tortura nacional que se inicia con la lista de los 119 en publicaciones falsas de Brasil y Argentina. También se mantenía vendados los ojos y con un número que pendía del cuello. La idea era desestructurar completamente a las personas, contaban con psicólogos y médicos que les asesoraban y les servían.

Mientras masivamente allanaban poblaciones, se los vejaba física y verbalmente, les destruían sus enseres, según ellos en busca de ¨terroristas¨. También relegaban a pueblos aislados a personas de las cuales sospechaban, a los trabajadores, los exoneraban de sus trabajos sin ninguna indemnización y no había ningún servicio público que defendiese algún derecho democrático.

A posteriori continúa la represión selectiva con la CNI desde 1977 hasta el 22 de febrero de 1990 ,Central Nacional de Inteligencia, y la persecución a lo distintos partidos y resistentes a la dictadura, entre los que no estaban exentas las organizaciones sociales. En esa época continúan las prisiones clandestinas donde la tortura y las formas de exterminio eran cada vez más perfeccionadas como lo devela el último corto chileno La ¨Bestia¨ que muestra a la figura de la torturadora Ingrid  Olderock que criaba perros a quienes amaestraba para violar a las presas y presos en la casa de Simón Bolívar, prisión clandestina denominada  ¨Venda Sexi ¨.

En fin, esta práctica genocida deja secuelas que han sido estudiadas durante años por diversos estudiosos e investigadores de las ciencias sociales, una de ellas es Paz Rojas quien primero trabaja desde el exilio y luego se integra al CODEPU, organismo presidido por Fabiola Letelier entre otras personalidades y luchadores en el ámbito de los DDHH. En el libro que ella publica entrega trabajos preparados para un Seminario en Suiza sobre la tortura. Luego de 10 años de trabajo con equipos multidisciplinarios logran conocer métodos, secuelas e implicancias político-sociales de este crimen de lesa humanidad que se perpetúa con la impunidad.

» Se conocen los efectos: los mecanismos de daño son inconmensurables, variados, íntimos, diferentes, particulares en cada prisionero y prisionera, según las características biológicas, psicológicas e ideológicas de cada cual, agreden a la totalidad del individuo, cualquiera sea la maniobra o la técnica usada.«

No importaba duración ni el tipo específico de técnica utilizada, el significado que tuvo el  acto de tortura para cada individuo, el momento vivido, el daño recibido, la forma en que se comportó, en que resistió o habló. A veces bastan minutos de tortura para desestructurar a un ser humano. (Ídem Pag 76)

Bibliografía

  • Paz Rojas Baeza, Recordar Violación de derechos humanos: una mirada médica, psicológica y política. LOM ediciones , Santiago de Chile 2017,326 páginas
  • Rebolledo José, El despertar de los cuervos, Tejas Verdes, el origen del exterminio         en Chile, Investigación, Editorial CEIBO, Santiago de Chile 2013,337 páginas